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FRANCOFOLIES de Abel Carballiño

FRANCOFOLIES de Abel Carballiño

Le blog des mordus de France, de français, de francophonie... Para los locos por Francia, el francés, la francophonie...


Cannes 2011, Les Films: LE HAVRE , de AKI KAURISMAKI

Publié par Abel Carballiño sur 17 Mai 2011, 09:57am

Catégories : #CINE:FestivalCannes

 

Le-Havre

 

 

 

 

Synopsis

Marcel Marx, ex-écrivain et bohème renommé, s'est exilé volontairement dans la ville portuaire du Havre où son métier honorable mais non rémunérateur de cireur de chaussures lui donne le sentiment d'être plus proche du peuple en le servant. Il a fait le deuil de son ambition littéraire et mène une vie satisfaisante dans le triangle constitué par le bistrot du coin, son travail et sa femme Arletty, quand le destin met brusquement sur son chemin un enfant immigré originaire d'Afrique noire.

Quand au même moment, Arletty tombe gravement malade et doit s'aliter, Marcel doit à nouveau combattre le mur froid de l'indifférence humaine avec pour seules armes, son optimisme inné et la solidarité têtue des habitants de son quartier. Il affronte la mécanique aveugle d'un Etat de droit occidental, représenté par l'étau de la police qui se resserre de plus en plus sur le jeune garçon réfugié.

Il est temps pour Marcel de cirer ses chaussures et de montrer les dents.







Acteurs

 

Kaurismäki, o la inmigración vista con humor

El cineasta finlandés presenta en Cannes su filme 'Le Havre'

 

Buena película, y a concurso, La Havre, el nuevo trabajo de Aki Kaurismäki, gloria bendita del cine finlandés. El título se refiere a la ciudad de Normandía donde se desarrolla, y el humor frío de Aki estalla en su esplendor. Habla del amor, de la amistad, de la humanidad y de la inmigración gracias a Marcel Marx, el personaje que protagonizó La vida bohemia (en ambas lo ha interpretado André Wilms). Marx se ha casado -obligado que este personaje lo interpretara su musa, Kati Outinen- y ahora es feliz en su matrimonio y trabajando de limpiabotas. "Es un guiño de una película que no vio nadie a esta, que tampoco la verá nadie".

Con Kaurismäki las ruedas de prensa se convierten en un espectáculo de payasadas, ironías y respuestas delirantes... aunque siempre con un poso de verdad. Por ejemplo, cuando se le habla de inmigración: "La inmigración es un problema demasiado grande como para dar respuestas. Todo viene de la colonización, de la situación que Europa dejó a África tras la Segunda Guerra Mundial, y es un poco tarde para arreglar eso. Pero si los políticos salieran de sus habitaciones de hotel y de sus Mercedes a lo mejor las cosas empezaban a cambiar un poco". Para encontrar ese puerto comercial, en el que pudieran coexistir contenedores, policías de los años sesenta y dos tenaces limpiabotas, Kaurismäki recorrió toda la costa Atlántica, desde Portugal hasta Alemania: "La ciudad de Le Havre era mi última esperanza y, la verdad, es un sitio triste aunque no lo suficiente como para lo que yo quería hacer. Pero era lo más lejos que mi cabeza podía estar de Finlandia. Finlandia y Suecia son los únicos países que no podrían haber sido escenario de esta película, porque nadie está tan desesperado como para ir allí. Por otro lado, es perfecta en su arquitectura, porque mi director de fotografía la odia".

El reparto charló sobre la importancia de los objetos en las películas de Kaurismäki. El francés Jean-Pierre Darrousin, recién llegado a esta trouppe, contó: "Formas parte de una coreografía, y tú eres uno con todo lo que te rodea, no eres un simple busto parlante. Todo está conectado. La posición es fundamental, y más te vale llevar el guión aprendido, porque luego Aki hace una o dos tomas y salta a otra cosa". Y Kaurismäki dio rienda suelta a su locura. Por ejemplo al inicio, cuando fue reprendido por el moderador por encender un cigarrillo y luego al encender otro, pero esta vez eléctrico: "No puedo apagarlo, necesitaría un cenicero eléctrico". O cuando un periodista ha empezado a preguntar "¿Le parece irónico...", él ha cortado para responder: "Todo". Y cuando acabó esa pregunta con un "...que la esperanza exista solo en las películas y no en la vida?", le remató: "Si la vida le parece decepcionante tendrá que preguntarle a ella, no a mí". Al final, sobre Cannes, se confesó: "Ahora os habla Kaurismäki el productor. El director y el guionista se han ido a pescar. Estoy muy contento de estar en Cannes".

GREGORIO BELINCHÓN para EL PAIS

 




André Wilms: 'Aki, lui, est un cinéaste des voix.'
Aki Kaurismaki, Jean-Pierre Darroussin © AFP


Aki Kaurismaki est venu présenter Le Havre aux côtés, notamment, des acteurs Jean-Pierre Darroussin, André Wilms, Kati Outinen et de la productrice Fabienne Vonier.

 

Aki Kaurismaki à propos de l'humour du film, moins ironique que ses précédents longs métrages:

"Je n'ai aucun espoir pour la planète quand on voit les hommes qui l'habitent, c'est pourquoi je n'en rajoute pas et que le film est avant tout un divertissement. Quand j'avais 10 ans, j'étais déjà déçu par certaines choses déjà et à l'époque, je faisais semblant pour susciter de l'espoir chez les autres."

 

Jean-Pierre Darroussin à propos d'Aki Kaurismaki:

"Un fluide se communique sans qu'il y ait besoin de mots. Aki, c'est le contraire d'un Président de la République. Avec deux, trois broutilles, il fait un monde, alors qu'un Président fait deux, trois broutilles avec un monde."

 

André Wilms quant au cinéma du réalisateur:

"Aujourd'hui, il n'y a plus de grandes voix du cinéma comme Gabin... Tout est murmuré désormais, on peut difficilement se planter en parlant si bas, mais ce n'est plus la même chose. Aki, lui, est un cinéaste des voix."

 

Aki Kaurismaki, avec un brin d'humour, à propos de la caméra avec laquelle il a tourné:

"C'est une caméra qui a appartenu à Ingmar Bergman. Mais il a tourné 2 films avec, moi j'en réalisé 18 donc ce n'est plus sa caméra (...). Qu'il repose en paix."

 

Fabienne Vonier parle d'Aki Kaurismaki:

"C'est un véritable artisan dans chaque chose qu'il effectue dans le cinéma, il met la main à la pâte en permanence. C'est un véritable poète aussi qui mélange humour et pudeur."

 

 

 

CRITICA ( Fotogramas )

 

 

El maestro finlandés no falla. En el día de resaca post-Malick, con el grueso de la crítica dividida entre detractores y defensores de The Tree of Life, la parroquia cannoise encontró un motivo de comunión en la deslumbrante Le Havre, nueva película del realizador finlandés Aki Kaurismäki. En esta ocasión, el director de joyas como Nubes pasajeras (1996) o Un hombre sin pasado (2002) dirige su incorruptible mirada al corazón del conflicto de la inmigración ilegal, un terreno habitualmente abonado al maniqueísmo y el tremendismo cinematográfico. Sin embargo, la propuesta de Kaurismäki, que muestra aquí su cara más luminosa y afable (la nobleza la damos por descontada), corre por otros derroteros. Para el director de La chica de la fábrica de cerillas (1990), otra realidad es posible: un mundo proletario, de gente humilde, honesta, valiente y enamorada. Un mundo en el que la compasión y la solidaridad no entienden de política. Siguiendo este programa humanista, el finlandés nos lleva hasta Le Havre, una localidad de la alta Normandía a donde va a parar un chico africano que sueña con reencontrarse con su madre en Londres. Allí, encontrará a unos aliados de ensueño, liderados por el matrimonio Marx, formado por el limpiabotas Marcel (André Wilms) y la dulce y servicial Arletty (inconfundible Kati Outinen, actriz fetiche de Kaurismäki), y secundados por una entrañable tropa de camaradas de barrio.

Elemental, querido Aki. En Le Havre no hay lugar para los dilemas morales o la truculencia sentimental. De lo que se trata es de invocar el heroísmo anti-épico de un grupo de amigos unidos en una batalla justa. Sin lugar para el rencor o la maldad (sólo esbozada en el personaje del delator, interpretado por Jean-Pierre Leaud) solo pueden quedar los milagros y la victoria. Kaurismäki filma esta aventura colectiva echando mano de su habitual humor distanciado, mientras los actores (modelados a la manera de Robert Bresson) recitan unos diálogos particularmente delirantes y ortopédicos. Delicada y colorista, Le Havre se erige en portavoz de un cine que no rehuye su responsabilidad con la realidad. Un cine necesario que Kaurismäki lleva dignificando durante casi tres décadas.

 

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